Resulta cuando menos curioso,
que en nuestra laica sociedad occidental, el distanciamiento de la figura de
Cristo se haya suplido con otros héroes de la cultura pop que asumen su papel,
sus virtudes, incluso datos concretos de su biografía, como si Jesús irrumpiera
desde nuestro subconsciente colectivo y se resistiera a desaparecer, incluso de
aquellos que consciente y públicamente lo repudian.
El tema es
más complejo de lo que parece y no me veo yo ni capacitado ni formado para
abordarlo, ojalá alguien lo hiciera, si no lo han hecho ya. Puentiferario sólo
es un cofrade, como cofrade es este blog, por ello se limitará a tratar el tema
por encima, buscando algunos ejemplos de la pasión de Cristo entre algunos de los
héroes populares de ficción que nos rodean:
1) Empecemos por el principio, por nuestra siempre añorada Cuaresma.
Cuarenta días y cuarenta noches vagó Cristo
por el desierto antes de comenzar su vida pública y como preparación a
ésta. Exactamente esta misma situación de retiro se vive por uno de los grandes
superhéroes del cómic: Superman, un
auténtico alter ego de Jesús, cuya infancia y juventud se desarrolla como la de
Éste en una familia humilde de granjeros donde tratan buenamente de llevar una
vida normal. Pero el hombre de acero no comienza su andadura pública de
sopetón, también hace su travesía en el desierto. El desierto de Superman está
en el Polo Norte, su cuaresma es de doce años, tras los que sale completamente
preparado para enfrentarse a los demonios de pacotilla de los tebeos, alter
egos también del que tentó a Jesús en el desierto.
Inicio de la cuaresma
polar en la clásica película “Superman” de 1978
2) Cristo, después de cenar por última vez, antes de
enfrentarse a su cruenta Pasión, se retiró a orar. El tremendo pasaje, lleno de
dudas y temores, tiene lugar en el Huerto
de los Olivos. Este detalle, aparentemente sin importancia, no debe ser del
todo intranscendente en el subconsciente popular colectivo porque quienes hayan
tenido ocasión de ver “Avatar”, la
película de de 2009, escrita, dirigida y producida por James Cameron, habrán
podido observar, incluso en 3D, como el héroe protagonista, Jake, convertido en
na´vi (habitante del planeta Pandora)
antes de la crucial batalla final con los humanos que supondrá el desenlace de la
historia, también ora, a su manera, y lo hace bajo un árbol, el luminoso “Árbol
de las Almas”. Tal vez contado suene raro pero os aseguro que si veis
la película comprobaréis que poco difiere esta escena del misterio de la Oración en el Huerto.
El “Árbol de las Almas” reluce casi tanto como un buen chorreón de
aceite de oliva virgen extra.
3) Al igual que Cristo fue injustamente tratado por la opinión pública y los poderes de su época, son innumerables los héroes
que llegan a serlo por esta misma vía. Los desvelos de Spiderman por salvar al mundo tienen muy mala prensa. Aunque esto
no es nuevo, Robin Hood reafirma su
papel de mito al ser tratado como un vulgar forajido, otro tanto ha de
aplicarse al Zorro o nuestra más castiza
mitología bandolera.
Ejemplos
tenemos incluso de héroes que llegan a serlo simplemente a raíz de ser
condenados injustamente por los Pilatos
de turno. Tal es el caso del Dr. Richard Kimble, más conocidos por “El
Fugitivo”, personaje que triunfó en la televisión de los años sesenta,
y con los mismos mimbres en los noventa, con la película de acción interpretada
por el siempre heroico Harrinson Ford.
El Fugitivo posando
con su INRI policial
4) La lista de héroes que demuestran su valor, su integridad
y su coraje al ser torturados, como Jesús fue brutalmente flagelado, es innumerable. El héroe tiene que sufrir lo indecible (sin
delatar a nadie) para serlo realmente, como el malvado de turno tiene que
demostrar su villanía torturando imaginativamente. Si bien el Cordero inocente
no movió un dedo, Chuck Norris, Steven Seagal o Van Damme son más partidarios
de responder con el “ojo por ojo y diente
por diente”. Las torturas inflingidas les legitiman para cualquier masacre.
Hablando del
“diente por diente”, me viene a la
mente una peli de 1976, “Marathon Man”,
dirigida por John Schlesinger, pues precisamente es la tortura dental de
Laurence Olivier y sus sayones a Dustin Hoffman la escena más emblemática de la
película y la que otorga a Hoffman su rango de gran protagonista, antes simple
deportista.
La heroicidad vía
dentista
5) Y
continúa este Via Crucis heroico. Jesús cargar su cruz camino del Gólgota. El
peso debía serle ya insoportable cuando hubo de encargarse a un hombre de campo
para que le ayudara en esta tarea. Tal vez algunos tengan fresca la adaptación
que de la obra de Tolkien “El Señor de
los Anillos” hizo para la gran pantalla Peter Jackson y puedan recordar el
desenlace de la trama en el “El Retorno
del Rey”. Frodo también ha de concluir su misión de salvar la Tierra Media y también lleva su
cruz, una cruz de un peso moral insoportable: el anillo. Su Monte Calvario se
llama “Monte del Destino” y en su ascenso
mítico se ve auxiliado por otro hombre de campo, de nombre Sam, no Simón, y de La Comarca, no de Cirene.
Carga tu anillo y sígueme…
6) Cristo
nos redime con su muerte en la Cruz. El
sacrificio vital, la muerte por los demás, es un recurso obvio para poder elevar
a la categoría de mito cualquier personaje. El héroe romántico debe morir, lo
lleva incluido en la nómina para poder serlo.
La
iconografía pop está llena de ejemplos. Prefiero para representar esta “estación” emplear un fotograma de la
película “Gigante” de 1956. En el
que James Dean, prototipo reincidente
de joven mito maltratado por la sociedad, posa de tal guisa con la inolvidable
Elizabeth Taylor. La muerte ya rondaba al actor, y con ella el rutilante estrellato.
7) Tal vez penséis
que cuesta trabajo encontrar héroes que resuciten. Estáis en un error. Por razones
comerciales han vuelto de sus tumbas muchísimos héroes. Las productoras suelen
arrepentirse pronto de matar a cualquier gallina, o polluelo, de los huevos de
oro, quienes precisamente ha disparado su rentabilidad con ocasión de morir.
Los estudios y las editoriales resucitan a quien haga falta, empleando para
ello los más burdos recursos, los trucos más inverosímiles.
Ejemplifico
el misterio de la resurrección con la del protagonista de “Bola de Dragón”, el manga de Akira Toriyama que empezó a publicarse
en 1984 y que fue adaptado con gran éxito por la Toei a la pequeña pantalla. Son
Goku no tiene reparo alguno en morir y resucitar, incluso más de una vez,
acabando transformado en un ser más divino que humano.
Son Goku con su
coronita, como debe ser…
Esto son
sólo unos ejemplos, más ilustrativos que otra cosa, ojalá contara con vuestra
contribución para ampliar esta galería de cristos laicos de una sociedad que se
avergüenza de despedirse con un “quedad con Dios”, pero que no tiene
reparos en decir “que la fuerza os acompañe”, como en “Star Wars”.