viernes, 17 de marzo de 2023

¡AGUA VA!

 

Una de las cosas que tengo asumidas desde que estoy en redes es la frecuencia con la que incurrimos en la contradicción, ya sea por lógicos cambios de opinión o porque la necesaria simplificación del mensaje nos obliga a ser tan categóricos que, a poco que avancemos en el tiempo, descubrimos que las excepciones absolutamente improbables acaban siendo la regla general.

 

            Empiezo así porque siempre me las he dado de cofrade pero también de todo lo “que no lo parece” y he reivindicado, por activa y por pasiva, una ciudad no capillita, abierta a todo tipo de manifestaciones culturales y por supuesto a la interconexión entre todas ellas. Nunca pude prever que con ese planteamiento “editorial” llegara a decir lo que voy a decir: que considero una total falta de respeto que, a pocos días de una Semana Santa en Málaga, posiblemente su fiesta más participativa a nivel social e intergeneracional, con ramificaciones culturales casi inagotables y con nazarenos hoy mismo por la calle, nos veamos sin horarios ni itinerarios, polemizando por una calle cuando ignoramos si pasaremos por todas las demás, celebrando simultáneamente el festival de fine, la feria del libro de ocasión y no sé cuántas actividades lúdicas y culturales más, sin que se preste la más mínima atención a una celebración que, más allá de lo religioso, construye desde abajo la identidad y personalidad de la ciudad. Añadir que las vísperas son trascendentales, son el alimento y a la vez el poso previo de una fiesta caracterizada por la fugacidad.

 

            Si esto es una línea rectora de cara al futuro tal vez ha llegado el momento de asumirlo y tomar posiciones. Elegir si las cofradías deben ejercer su derecho al pataleo como grupo de presión para buscar su sitio, algo que no me mola nada, o bien, mi opción preferida, se liberan ya de un yugo político, económico e institucional que las ningunea, renunciando a una falsa posición de poder por algo mucho mejor, la libertad de caminar por ellas mismas, sin favores ni sumisiones.