sábado, 13 de septiembre de 2014

MIRAR UN CUADRO


El pintor trata evidentemente de representar la venerada imagen de la Virgen de los Dolores del Puente, pues la sitúa bajo uno, vestida de riguroso luto, tal y como esta advocación de Málaga se nos presenta habitualmente. Evita pintarla de cara, algo frecuente entre los artistas que la quieren, por imponer un respeto reverencial tal que bloquea cualquier tipo de expresión artística.

Para hacernos saber que no estamos en Semana Santa el cuadro omite el obvio recurso del capirote en el cortejo acompañante, que aún así mantiene su obligado anonimato. De los componentes solo vemos su espalda cubierta con hábito negro, detrás de la imagen, recalcándose con ello que ésta es figuradamente la posición del devoto, un siervo siempre tras los pasos de su Señora, como una sombra. Los largos cirios habituales de la hermandad representan la fe, al ir encendidos en pleno día. El paraje está desprovisto de público, sugiriendo una procesión interior, un sentimiento, más que un espectáculo, algo alejado de todo exhibicionismo y superficialidad.

Indiscutiblemente el artista pretende identificar el puente con un palio. La simbología se completa con un tren que lo atraviesa, purificando el cielo con su estela de vapor de agua. Con el tren el pintor representa la modernidad, que irresistiblemente se abre curso, pero sin afectar un ápice ni a la Señora ni a la procesión, el culto se mantiene inmutable, ajeno al devenir de los tiempos, con los pies en la tierra, como la raíz de un árbol negro que nunca parará de dar frutos.



          Elucubración ante la contemplación de “Viernes Santo en Castilla”, cuadro pintado por Darío de Regoyos en 1904. Su retrospectiva puede visitarse en el Museo Carmen Thyssen de Málaga hasta el 13 de Octubre. El texto es un juego demostrativo de lo divertido que puede ser contemplar un cuadro sin prisas, sin ataduras ni reglas; también de la subjetividad con la que inevitablemente cada uno de nosotros contemplamos el mundo, aunque no queramos; y de que para un devoto de la Virgen de los Dolores del Puente, en cualquier parte puede encontrarse su capilla callejera.

2 comentarios:

  1. Puenti, me ha encantado la entrada.

    Lo de "Evita pintarla de cara, algo frecuente entre los artistas que la quieren, por imponer un respeto reverencial tal que bloquea cualquier tipo de expresión artística." me recuerda a "Lo sagrado" y al numen.

    Lo del puente como palio y el tren como modernidad, también.

    Sigue elucubrando, por favor.

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    1. Valoro tus opiniones como pocas. Gracias de todo corazón.
      Si algo no me sale bien también me lo dices.

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