lunes, 23 de diciembre de 2013

EL SALVADOR ESTÁ AL CAER


El Salvador está al caer.

El Señor del Cielo irrumpirá a bordo de su bola de demolición del pasado y de construcción del futuro. Su columpio espacial desplegará tanto amor que al aterrizar ni una caña cascada quebrará, ni un pabilo vacilante apagará.

Entrará en la atmósfera a golpe de las contracciones de sístole y diástole de un corazón puro, aún sin traspasar, al que el anciano Simeón se encargará de asestar en breve la primera estocada de siete.

Pondremos a disposición del Niño Astronauta nuestros portales (ya está al tanto que hasta Semana Santa no puede aspirar a más). Se calentará con el aliento cálido que desprenden nuestras basuras a medio consumir en sus contenedores de color oro, incienso o mirra, dependiendo.

La Farola será su ángel y su cometa de Oriente y anunciará con chorros de luz y reflejos de espejo la buena nueva a los boquerones, que vestidos de plata bucean arriba y abajo deslumbrados por las estrellas provisionales de bajo consumo, mientras esquivan las falsas epifanías que llegan a puerto en trasatlántico.

Aunque parezca increíble, el Salvador está al caer. 

Feliz Navidad.

Imagen: "Ego dormio, et cor meum vigilat". Alonso Cano

domingo, 15 de diciembre de 2013

LA ORACIÓN GEOMÉTRICA. Antifonario de Puentiferario

     Pocas advocaciones habrá más abstractas que la de O. Un nombre hermoso, sencillo, perfecto, como la Mujer hermosa, sencilla y perfecta que lo ostenta.

Reproduzco a continuación las Antífonas de Adviento, una para cada uno de los días que transcurren del 17 al 23 de diciembre, que son leídas en la Liturgia de las Horas, encabezadas con la letra O en latín que sirvió de origen a la abstracta advocación. Me permito iluminar cada O. Espero que os guste el Antifonario de Puentiferario.




O Sapientia
Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,
abarcando del uno al otro confín,
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad:
ven y muéstranos el camino de la salvación.



O Adonai
Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a librarnos con el poder de tu brazo.




O Radix Jesse
Oh Renuevo del tronco de Jesé, 
que te alzas como un signo para los pueblos;
ante quien los reyes enmudecen,
y cuyo auxilio imploran las naciones:
ven a librarnos, no tardes más.




O Clavis David
Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel;
que abres y nadie puede cerrar;
cierras y nadie puede abrir:
ven y libra a los cautivos
que viven en tinieblas y en sombra de muerte.




O Oriens
Oh Sol que naces de lo alto,
Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia:
ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.




O Rex Gentium
Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos,
Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo:
ven y salva al hombre,
que formaste del barro de la tierra.




O Emmanuel
Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro,
esperanza de las naciones y salvador de los pueblos:
ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.



  1. Estrella de los Vientos del Códice Albeldense. Siglo IX-X.
  2. Misal Stammheim. 1170
  3. Antifonario Visigótico-Mozárabe de la catedral de León. Año 672, trascrito el 1069.
  4. Frescos de Sant Climent de Taull, Barcelona. Siglo XII.
  5. Fernando Gallego. Retablo de Ciudad Rodrigo. Años 1480-1500
  6. Beato de Fernado I y Sancha. Siglo XI.
  7. Biblia de San Isidoro de León. Siglo X

lunes, 9 de diciembre de 2013

PRIMEROS AUXILIOS

   
Cruz Roja Puentiferaria
Superada la adolescencia, el joven cofrade malagueño llega al doloroso convencimiento de que su Semana Santa ha mamado de la Semana Santa sevillana. Esta asimilación es traumática y viene acompañada de una serie de síntomas muy aparatosos, tales como convulsiones, espasmos, espumarajos, pérdidas de conocimiento e incluso autoagresiones, sobre todo cuando el niño ha sido educado en un acendrado malagueñismo por padres en exceso cuaresmeros y ha tenido libre acceso a algunos medios de comunicación cofrade desde su más tierna infancia.

No hay que preocuparse, hablamos de un proceso madurativo natural que no debería traer más consecuencias. El malagueñito concluye por si mismo que su Semana Santa, la que presencia cada año, la que considera mejor del mundo, la única e incomparable a cualquier otra, no es más que la consecuencia de una exitosa adaptación a principios del siglo XX, por parte de la burguesía malagueña, de la tradicional fiesta barroca a unos parámetros consolidados algo antes, durante el siglo XIX, por la Semana Santa sevillana. Málaga reformuló la fiesta conforme a los tiempos, hizo su Semana Santa más extrovertida, más atractiva hacia el exterior, más espectacular, sí, más turística.

El joven cofrade tiene que reencontrase y aceptar que algunas de las premisas de su malagueñismo son justo lo contrario, que las que tenía por cofradías más malagueñas en realidad serían las primeras sevillanas, pues se anticiparon en los años veinte modernizando sus cortejos, siguiendo las nuevas corrientes del procesionismo, en su mayoría hispalenses. Es duro afrontar que hasta aquella reformulación, con un mayor o menor grado de ostentación, la Semana Santa de Málaga poco habría de diferir de la actual procesión de Servitas. Este fenómeno fue nacional, venía gestándose ya desde la centuria anterior, y fue propiciado por la situación sociopolítica, como lo son todas las cosas.

 El maletín de Primeros Auxilios debe estar en lugar siempre visible

Vistos los primeros síntomas deben emplearse de inmediato los remedios de nuestro maletín de primeros auxilios, en caso contrario el joven cofrade puede quedarse colgado de un resentimiento sin fundamento a lo sevillano que lo llevará a tirarse piedras a su propio tejado y a portar un capirote de complejo de por vida con una hipersensibilidad por lo anecdótico (como por ejemplo escandalizarse porque el guión corporativo se lleve al hombro por un digno representante de la hermandad y no porque se haya contratado a alguien extraño a la cofradía para que lo lleve presentado). Cabe también otra desfavorable evolución, es la de que el joven cofrade acabe desubicado, renegando de su Semana Santa y asumiendo la hispalense como la suya, mejor dicho, como la única a tener en consideración, un fenómeno globalizador que está haciendo estragos en la Semana Santa a nivel nacional.

            Empecemos. Es conveniente poner algo en la boca que evite que el cofrade en pleno arrebato se muerda la lengua (la lengua es muy importante para el cofrade). Mientras se le inmovilizan ambas extremidades se le masajeará decididamente en uno y otro hombro, alternativamente. El masaje provocará inmediatamente un pensamiento reflejo, el de que en Málaga no empleamos el costal, que seguimos fieles a nuestra tradición horquillera de cargar al hombro (hasta el punto que llevar los pasos como se han llevado toda la vida de Dios en todos los sitios se le haya acabado llamando portarlos “a la malagueña”)

Cruz Roja de la Divina Enfermera

Lo anterior hará que el cofrade se tranquilice algo y que deje de proferir maldiciones (en el desvarío del trastorno mental transitorio pueden ser incluso de temática futbolística o política). Es el momento de imponerle la medalla de su hermandad (antes no, pues podría intentar ahorcarse con ella). El enfermo asumirá así su sentimiento de pertenencia. Poco de sevillanismo puede haber en unas hermandades implantadas en Málaga por más de cinco siglos, conformadas secularmente por malagueños que han hecho frente al listado de calamidades más inimaginable, perdiéndolo todo en más de una ocasión, hasta la vida, por sus titulares. Hermandades malagueñas que han ido mutando conforme se transformaba su ciudad, según lo que ésta en cada momento necesitaba, anteponiendo, como es sabido, la ayuda al prójimo al culto público.

Cuando el cofrade deje de llorar es conveniente una limonada, de limón cascarúo por supuesto, con su poquito de sal o bicarbonato. Las sales le harán ver que más que imitación a la capital del Guadalquivir hubo inspiración, es cierto que se importaron algunas formas pero lo fueron readaptadas a la propia idiosincrasia del pueblo malagueño. Ninguna Semana Santa parte cero, todas se construyen bajo normas litúrgicas y corrientes artísticas y sociales. Este mimetismo fue además generalizado, incluso dentro de Sevilla, las aportaciones más exitosas de algunas cofradías acababan implantándose en las demás, por ejemplo, era absolutamente lógico que los postulados novedosos y populares de Juan Manuel Rodríguez Ojeda se extendieran como la pólvora, por Sevilla y todo el entorno cofrade andaluz.

            En este punto es conveniente encender un poco de incienso, humo purificador y en este caso medicinal, que procedente del lejano Oriente permite asimilar al cofrade la amalgama de conexiones extrañas que habitan en la fiesta. El exotismo del aroma facilita la conexión de nuestra Semana Santa con lo foráneo, se huelen las ingentes influencias granadinas, las cordobesas, incluso las castellanas y las levantinas, hasta del cortejo civil y militar más propio de otros desfiles, como el del Corpus. Todo esto cohabitando bajo el tamiz de nuestro cielo.

 Estaciones del Viacrucis a la Cruz Roja del Campo 


            Porque las cosas son tan sencillas de explicar como que era Sevilla, y no Málaga, la capital económica del mundo católico en el apogeo de la Contrarreforma: la cruzada que instituyó las formas básicas de lo que ahora llamamos Semana Santa, y que llegada la decadencia a Sevilla como puerto fluvial de las Américas, en el siglo XIX contó con un sustrato social propicio para conservar y hasta recrear su herencia cofrade, incluida una pseudocorte real que favoreció la reformulación de la fiesta en pleno apogeo del romanticismo.

Una fiesta, la sevillana, conformada también con influencias extrañas, como la nuestra, partiendo del tronco común de las procesiones medievales de flagelantes centroeuropeas, a la que se le sumaron modas provenientes de la corte imperial española y, claro está, de Roma, la capital del Barroco (no en vano se afirma que fue el Barroco la primera gran globalización). Igual que Málaga disponía del taller del granadino Mena, muchos imagineros de su nivel, y de diversa procedencia, sobre todo andaluza, montaron sus negocios en la opulenta Sevilla, beneficiándose con ello hermandades y órdenes religiosas.

Por tanto no debería ser difícil de aceptar, hasta al más recalcitrante de los malagueñistas, que Sevilla iba por delante en esto de la Semana Santa, que puso en ella un empeño, arte y dedicación encomiables, ni tampoco que esta ciudad fuera, y siga siendo, un buen espejo en el que mirarse, algo que hasta no hace mucho se reconocía públicamente como signo de distinción. La misma prensa que ahora vilipendia antes se recreaba en noticias tales como el estreno de un palio como el de la Esperanza Macarena, la gran novedad que suponía que la Virgen que por siglos iba sedente al pié de la cruz procesionara bajo un palio como las de Sevilla o que una cofradía realzaba su cortejo incorporando los esbeltos capirotes cónicos sevillanos. Ese mismo periodismo cofrade que instauró el sevillanismo es el que ahora va a degüello contra el empleo de las velas rizás, de locos…

Nazareno de la Cruz Roja sin complejos en pose conciliadora

            Conviene dejar reposar al joven cofrade malagueño para que repase toda esta información, e incluso recomendarle alguna bibliografía, poco a poco se irá sintiendo mejor, mejorará su autoestima, su orgullo por una Semana Santa que hasta habla distinto (no hay mayor poder que el de imponer nombre a las cosas). Recapacitará sobre las geniales aportaciones de Málaga al fenómeno cofrade, una larga lista, y algunas de gran trascendencia fuera de nuestras fronteras, como el invento corporativo de una agrupación de cofradías (algo inédito hasta aquel momento) o la del género musical por antonomasia de la Semana Santa, el de cornetas y tambores.

Ya está listo el cofrade malagueño para seguir adelante. No hay más auxilios que valgan. Allá él si quiere perderse por unos caminos de ida y vuelta que sólo han de servir para descubrir, aprender y compartir. 


Nota del autor: En este post no se ha empleado ni una sola vez la expresión “señas de identidad”.

domingo, 1 de diciembre de 2013

LETANÍA INVENTADA A LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS


Estrella de la mañana en la frente
Mechero de la corona de Adviento
Vacuna contra los maremotos, de tierra, mar y aire
Iluminación navideña del mundo
Reina de las calles que se estrechan y que parecen no tener salida
Torre de turrón
Puente sonriente
Madre del Bebé del Perdón
Casa de oro de calle Larios
Fuente de la Plaza de la Constitución
Palma sin picudo de Ciriaco y Paula
Árbol de Navidad
Lujo de los humildes. Riqueza de los pobres
Pastora de pastorales
Escalera del Cerro del Águila
Nido de rosas amarillas místicas
Trono de la sabiduría de aquí a un par de años
Espejo, espejito de su jefa de procesión
Vaso de brindis de celebración
Arca del trabajo para todos
Puerta de salida de los hospitales
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, y en especial por Helena