¿Quién me iba a decir que un
suceso cofrade del pasado 10 de enero (a un año luz de tiempo de la sociedad de
la información) iba a seguir hoy de actualidad? Y no precisamente por el cartel
oficial de Semana Santa que ese día se presentó (es el suceso al que me refiero)
sino por los tejemanejes de poder que se exhibieron previa invitación. Yo contemplé el acto por 101 Televisión, como todos los cofrades de relleno, no importa, el salón
de mi casa es lo más parecido a aquel otro de los espejos de mi ayuntamiento al
que antes acudía siempre que quería.
En aquel
escenario del Teatro Echegaray colgaba el cartel como cuelgan las piñatas, ésas
hechas de barro que se llenan de monedas y se rompen a bastonazos. Allí, tras
no sé cuántos presentadores, expuso Ruiz Montes su legítimo discurso como autor
del cartel, lo que sirvió de inspiración a una improvisada tragicomedia
generacional sobre la lucha por el poder municipal, todo ello con la figura reluciente
del Cristo de la Redención convertido en telón de fondo, en un decorado.
Empezó Don Elías
Bendodo, presidente de la Diputación, alcaldable, haciendo apología de las
virtudes de la juventud por ser joven el cartelista. Sus ojillos gritaban: “Si os gusta el cartel elegidme a mí como
alcalde, coño, que también soy joven”. Don Francisco de la Torre la cogió
al vuelo y halagó al cartelista con retranca por haber tenido el detalle de incluir
a un nazareno representando a la madurez. Su socarronería declamaba “que le den por saco a ese niñato de la
Diputación, aquí tenéis a un alcalde de verdad, con una experiencia tan imprescindible
que sale hasta en los carteles de Semana Santa”.
Para
redondear el acto y curar las heridas de los garrotazos también habló allí, delante
de todos los medios de comunicación convocados, alguien de Unicaja, entidad a
la que los cofrades malagueños estaremos eternamente agradecidos: sin el
patrocinio desinteresado de este banco no tendríamos cartel, dado el descomunal
gasto económico que supone publicarlo y encima a color.
(No me he atrevido a
publicar la otra versión en la que aparece la futura torre del puerto. Era una
visión demasiado terrible hasta para un blog como éste en el que a veces se ha llegado
a rozar lo gore. Me consta que lo leen menores de edad que podrían sufrir
graves traumas.)