domingo, 12 de mayo de 2013

EL RETORNO DE "EL MORENO"

          Conmemoro con este post una guerra de sentimientos. Málaga, el 11 de mayo de 1931, en medio de una orgía de fuego y profanación, destruyó todo aquello que pocas semanas antes había glorificado por las calles. Se cumplen hoy justo 82 años.

          Pero la hecatombe sirvió de poco. Al final todo quedó atrás. Las iglesias y conventos desaparecidos se transformaron en sueños en blanco y negro. Las imágenes destruidas se revistieron de nuevos cuerpos, con sus oraciones iríamos levantando poco a poco un muro que impediría ver el pasado.

          El tiempo cura las heridas pero no podemos olvidar del todo. Los muros construidos tienen cicatrices que se resquebrajan y por sus grietas irrumpen los recuerdos. Quiero hablar hoy, en su aniversario, de un símbolo de lo perdido, de lo casi olvidado: del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso.

          Tal vez su cofradía hizo lo correcto. El icono devocional por excelencia de la Semana Santa de Málaga, el Dulce Nombre de Jesús, nunca regresó. Otro Dulce Nombre ocupó su lugar por mano del mejor escultor español de su tiempo. Un Dios Hombre de Nazareth, de porte judío, fue el encargado de cargar con la réplica de su cruz de plata. Pronto este nuevo Señor fue objeto de veneración, de una nueva devoción ganada a pulso, porque no pudo heredar la de su Antecesor. La devoción del Nazareno que la mañana del Viernes Santo de 1931 regresaba a Sto. Domingo entre multitudes nunca volvió.

          Parte de su estela de túnica bordada de cola, de tirabuzones y corona de plata, se mantuvo a través de otros nazarenos, como el Rico o el Chiquito, los cuales si fueron recreados tras su destrucción. Tal vez un jovencito Cautivo, de túnica color blanco posguerra, sin pasado, sin aquilatar los siglos de historia de nuestro Protagonista, fuera el adjudicatario principal de aquella fe que temporalmente quedó sin dueño.

          Incluso su apelativo, El Moreno, nadie osó llamárselo al Nazareno de Benlliure a pesar de lo cetrino de su piel, porque Ése no era El Moreno, es el nuevo Dulce Nombre pero no El Moreno. El divino mote andaba rondando por las conciencias por lo que algunos trataron de colocárselo al Cristo de los Gitanos, pero el Cristo de la Columna tampoco es El Moreno.

          El Moreno nunca volvió y quiero con este post que vuelva. Que reciba en esta capilla de internet la adoración y culto de los que se vio privado hace justo hoy 82 años.

          Con las letras y espacios en blanco de este post, con los acentos y signos de puntuación, quiero amasar sus cenizas y moldearlo simbólicamente, recamar sus desechos ropajes, trenzar su fundida corona, rebuscar uno a uno los mechones de su pelo, para que todos lo vean volver triunfante de madrugada, cargando al hombro con el peso de oraciones de siglos que flotan aún en el éter pendientes de posarse como pájaros en las ramas de su cruz.

          ¡Va por Ti Moreno!


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