jueves, 3 de marzo de 2016

PREGÓN METEOROLÓGICO

Majestad Sol, alteza real Luna que nos orbita en Parasceve, autoridades planetarias y estelares que hoy ocupan los asientos de este universo infinito (o finito dependiendo del sabio), vientos, nubes, lluvias, fenómenos atmosféricos todos:

            No es este pregonero digno de su misión, de proclamar los días que han de venir. Sé que hay líneas isobaras, calendarios zaragozanos y dolores de rodilla que os anuncian pero esto no es mérito suficiente para ocupar este atril en el que me honro anunciaros públicamente, como un hombre del tiempo ante su pantalla de croma, que quedáis todos sin excepción convocados a asistir a la fiesta más divertida de toda la Cristiandad.

            Os esperan, rayos de sol, aquellos que pillaréis a traición y sin crema protectora en una esquina sin sombra contemplando el avanzar del trono de Lágrimas al compás de la música, aquellos que con sus mofletes como un tomate y sus calvas encendidas darán fe pública de que no se conformó el astro rey, quien gentilmente preside este acto, con la frontera del equinoccio, que se la saltó y llegó con las maletas bien cargadas dispuesto a quedarse con una corte de mosquitos tigre.

            Ya está instalada en la Plaza de la Marina, con todos los permisos municipales y vecinales, la noria que hará girar los vientos alrededor del eje de la estatua del marqués, la atracción que arrasará entre risas y vértigos cuantas velas encendidas encuentre a su paso al final de la Alameda, demostrando al mundo que todo lo que allí pasa es verdad, que no hay trampa ni cartón, ni pila en lo que luce ni ventilador en la túnica blanca que ondea el Lunes Santo. Allí sucumbirán todas las llamas que sea menester apagar y no habrá alto vanidoso arbotante que se resista.

            Ya espera la ciudad a regañadientes vuestro baldeo, gotas de agua, aunque sea poca, la justa y necesaria para bendecir en Vigilia Pascual, para quitar la mancha de ceniza de la frente y del alma, para que limpie la mierda que dejan las huelgas, para que riegue por goteo algo que florezca en el desierto, para que los niños y los inmaduros que vean suspendidas sus procesiones puedan llorar lágrimas de juguete hasta que los palos de la vida les arranquen lágrimas de verdad como puños, para que los que saben de cofradías por ciencia infusa tengan tema de conversación cofrade hasta el año que viene en las tertulias, para que las cabañuelas comprueben si han acertado o no, porque la lluvia es el único resultado válido en la quiniela de los pronósticos.

            Del calor pollinico al frío servita, todos los grados Centígrados son bien recibidos, y también los Fahrenheit, y los Celsius, todos, vengan de donde vengan, que el clima sea del agrado de todos, que todos se sientan como en su casa sin necesidad de cicerones de “Bienvenido mister Marshall”. Soportaremos incluso el tedio del “ni frío ni calor” los que ya vamos teniendo una edad y un corazón de granizo, afortunadamente están los niños con sus estufas de bolas garrapiñadas de cera para derretirlo.

            Astros y elementos meteorológicos todos, haced vuestro trabajo y hacedlo bien, que sintamos que estamos rodeados de Buena Sombra y Mejor Cobijo ante las inclemencias. Hacednos sentir que es primavera y que estamos vivos, que la vida no se acaba porque otra vez empieza. He dicho.

(Tres versiones de un grabado de Rembrandt de 1660, tres carteles que cubren cualquier eventualidad meteorológica)

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