Cuando mi querida amiga Inma del Sol dejó caer
la idea de que debería publicar en mi blog una serie sobre la Escuela Granadina de imaginería no sabía lo que estaba
haciendo, ni el peligro que con dicha sugerencia corrían los cimientos
artísticos de mis previsiblemente pocos lectores. En primer lugar, porque no
soy granaíno y, en segundo lugar, porque tampoco soy experto en historia del
arte, sólo me defiendo a nivel usuario. Dicho lo anterior, eximo de toda culpa
a Inma y, tras prohibir la lectura de este post de blog a los menores de 18
años y también a alguno que otro mayor de edad, afirmo:
¡LA ESCUELA GRANADINA
DE IMAGINERIA NO EXISTE!
Y es más, ¡TAMPOCO
EXISTE LA SEVILLANA !
Existe una única escuela que, a falta de otro
nombre mejor que la articule, en este momento la bautizo como ¡LA ESCUELA DE LA A-92 !.
Semejante afirmación
sólo puede expresarla un polemista, un inculto, alguien sin el más mínimo
respeto por la cuestión a tratar, sin vergüenza a mostrarse capillita
analfabeto ante un auditorio de miles y miles de eruditos cofrades. ¿Qué le
vamos a hacer? ¡Ese honor me ha
tocado a mí! La polémica afirmación la sostengo sin ninguna base científica,
salvo mi propia cabezonería, combinada con algo de observación e intuición. (¡Dios
mío en qué lío me estoy metiendo…!). Considero que los intentos de enumerar los
signos distintivos de estas escuelas imagineras granadina y sevillana descansan
en la necesidad humana de simplificar el conocimiento, de sintetizar, de
etiquetar.
Parece como
si las diferencias de una y otra escuela se hubieran extraído de la simple
observación de las imágenes con las que ilustro el principio de este artículo:
Jesús del Gran Poder, de Juan Mesa, y el Ecce Homo de Pedro de Mena del
convento de las Descalzas Reales de Madrid. Si los observamos bien, llegamos a
la conclusión de que… ¡no se parecen! Es más, ¡no se parecen en absoluto! Pero
esto no tiene porque significar que estemos ante escuelas diferentes de
imaginaría sino ante la obra de dos genios de la escultura barroca de una
indiscutible y arrebatadora personalidad creativa.
Fijaos si es fácil poner en contradicción las
etiquetas que la contención de formas del de Granada tiene su espejo pictórico
en la maestría de un Zurbarán, quien lleva impresa a fuego su pertenencia a la
escuela sevillana, y que la fiereza expresiva de Mesa tiene perfecta sincronía
con la exuberante y colorista pintura de Alonso Cano, paradigma de lo
granadino.
Por tanto no
existen escuelas, existen creadores y discípulos con ansias de aprender y de
inventar. Además de por los autores y talleres, las obras se agrupan por otros
factores, como la específica función a la que las imágenes se destinan
(procesional, de culto interno o doméstico) o por la simple demanda de una
feligresía que con frecuencia demandaba obras de imitación y no siempre obras
maestras (igual que ahora).
Las dichosas
etiquetitas han tenido efectos devastadores para la evolución de la imaginería.
Tanto es así que la mayoría de los artistas parecen haberse quedado con los
brochazos definitorios de las no-escuelas y han abandonado la riqueza de
matices y la CREATIVIAD
que fluía sin problema a través de las gubias y de la A-92. Pero la cuestión
dicha así suena un poco árida, más bien fea, por lo que ilustro lo dicho con
una serie de ejemplos:
1.- Martínez Montañés VS. Pablo de Rojas.
Martínez Montañés (1568- 1649) es unánimemente reconocido como un puntal esencial en la constitución de la escuela sevillana de escultura, sin embargo, lo que no es tan conocido es que su formación académica la tuvo en Granada y devino de otro importantísimo escultor, nacido como él en Alcalála Real (Jaén), que es además
santo y seña de la imaginería de la escuela granadina: Pablo de Rojas
(1549-1611) a quien muchos expertos consideran el padre de todas las escuelas
andaluzas.
1.- Martínez Montañés VS. Pablo de Rojas.
Martínez Montañés (1568- 1649) es unánimemente reconocido como un puntal esencial en la constitución de la escuela sevillana de escultura, sin embargo, lo que no es tan conocido es que su formación académica la tuvo en Granada y devino de otro importantísimo escultor, nacido como él en Alcalá
El
estereotipo del Nazareno de Pasión había sido previamente anticipado por su
maestro Rojas en tallas como la del nazareno de Priego de Córdoba. De verdad
que no me lo invento, según el experto Orozco Díaz “el nazareno es un tipo
iconográfico que arranca de Pablo de Rojas y tiene su definitiva fijación con Martínez
Montañés”.
Fotos: Nazareno de Pasión y Nazareno de Priego Córdoba
2.- Martínez Montañés VS. Hermanos García.
Según todos los expertos, corresponde también a Rojas la creación del prototipo del crucificado andaluz. Sin embargo a la hora de abordar una obra maestra absoluta de la escultura como es el Cristo de
3.- Alonso Cano Vs. Martínez Montañés.
Pues sí, el granadino Alonso Cano también se sirvió de
Fotos: Inmaculada de la catedral de Sevilla y Virgen de la Oliva de Alonso Cano.
4.- Andrés de Ocampo VS. Alonso de Mena VS. Pedro Roldan VS. Pedro de Mena
Otro emblema de la escuela granadina Alonso de Mena (padre del famoso Pedro) fue alumno de Andrés de Ocampo en Sevilla antes de montar su taller en Granada. Pero ¿a que no sabéis quién aprendió en el taller de Mena en Granada hasta su muerte en 1646? pues ni más ni menos que Pedro Roldán, artífice de obras maestras sevillanas y de un taller con solera. Esto implicaría que Pedro de Mena y Pedro Roldán aprendieron juntos y que saldrían de tapas por Granada, o por lo menos tuvieron la ocasión de hacerlo.
Se me
olvidaba, el anteriormente mencionado Andrés de Ocampo, pese a ser también de
Jaén, tuvo residencia temporal en Granada.
Fotos: Cristo de las Penas de Sevilla (escuela P. Roldán) y Jesús de la Columna de Priego (Alonso
de Mena)
Sería triste que en este repaso dejáremos fuera al estupendo imaginero D. Anónimo,
que tanto trabajó en tierras granadinas y sevillanas.
Fotos: Ntro. Padre Jesús de la
Salud de la
Hermandad de la
Candelaria y el Nazareno de Archidona, a pesar de que ambos
son obra de D. Anónimo, curiosamente uno se atribuye a la escuela sevillana y
el otro a la granadina. Yo lo tengo claro, ambos pertenecen a la escuela de la A-92 .
6.- Y para cerrar cualquier cortejo siempre María.
Sin perjuicio de que las imágenes marianas sevillanas han servido de inspiración a cualquier imaginero, podemos localizar tallas intercambiables en las dos escuelas, sirvan de ejemplo
Fotos: Dos Joyas, la
Esperanza de la
Trinidad y la
Soledad del Calvario del granadino José de Mora.
Entrada publicada en "Pasión en Sevilla" el 13 de Agosto de 2010.
"RIGOR ET GRATIA"
ResponderEliminarGracias maestro.
Eliminar