sábado, 13 de julio de 2013

NOCHE EN EL MUSEO (DE SAN JULIÁN)


Pasada la media noche todo cambia en San Julián. Fe, tras estirarse un poco, baja de lo alto de su altar con agilidad. Ya la esperan en el patio junto a la fuente los santos y los doctores de la Iglesia para jugar a la gallinita ciega. Fe sabe de sobra el camino, no necesita quitarse la venda de los ojos, ni quiere, le dan miedo los jinetes del Apocalipsis del trono de Redención, mejor no verlos. Fe sabe mejor que nadie que hay sobradas razones para temerles.

Eso sí, antes de jugar pasa por la hornacina de la Piedad para saludarla. La Piedad siempre está de guasa, con ese humor suyo tan de barrio llama a San Julián “Su Castel Gandolfo”, su residencia de vacaciones, como los papas. ¡Tiene arte!

Todas las noches Fe con la ayuda de Ciriaco y Paula arrastran la peana de la Virgen Niña de los Dolores del Amor hasta ponerla debajo del Crucificado del Calvario, justo a sus pies. Ella así lo pide, dice que ahí corre más fresquito. La Dolorosa del trono de la Sangre tampoco va al patio, se sube al palio de la Virgen de Gracia, juega a ser por una vez la gran protagonista. El San Juan de las Penas, fiel a su misión de cuidador, dormita tumbado sobre el gran manto morado.

Los secundarios tienen revolucionado su cuarto, fuman, beben y juegan a los dados. El Berruguita tiene mal perder, como si no tuviera el pobre ya bastante... El romano de Juan Vega, socarrón, provoca al judío del Dulce Nombre y éste la acaba pagando con el Cirineo de Pasión. Le hace moving museístico, le llama santurrón y le dice que en aquella sala está de más. Al otro lado del muro los angelitos de la Columna y el de la peana de carrete de Dolores de San Juan se pasan las horas muertas viendo los dibujos animados en tres dimensiones de las cartelas. La cruz de El Rico y la columna de Azotes han hecho buenas migas, siempre contándose chistes, parecen Tip y Coll.

            Qué diferencia con la sala estrella del museo (sala estrella tapizada con tela de saco, una genialidad). Los puentes centenarios de devoción no se bajan de su pedestal ni por la noche. Llevan tan a gala la historia religiosa de la ciudad que se mantienen inmóviles y en total silencio. Fe lo lamenta, tienen tantos siglos que contar… Le gustaría que la Virgen de los Reyes le hablara de la toma de Málaga por los Reyes Católicos y conocer como fue aquella gran epidemia que curó la intermediación de nuestro Protector Cristo de la Salud. Son manías de viejos. Seguro que de aquí a la feria van ganando confianza y se acaban integrando en el grupo.

            En las escaleras las águilas del trono del Gran Perdón, bicéfalas pero también cuatrillizas, echan de menos a sus hermanas traseras. Se entretienen de noche comiendo pipas.

            Arriba hay un ambientazo. Las coronas cotorrean en sus vitrinas conversaciones de peluquería, rivalizan sobre todo las coronas de coronación canónica, que si la mía, que si la tuya, que si merecida, que si no, que si la mía fue antes, que si la tuya después… así todas la noches.

Las sayas y las túnicas bordadas juegan a dobles mixtos de tenis empleando las bambalinas del Rocío y el Gran Poder como red. Las tocas revolotean sonriendo y los demás enseres se aúpan a los palcos de los tronos del Cautivo y del Huerto para ver bien los partidos. Las parejitas de ánforas y candelabros en edad de merecer aprovechan cualquier descuido del estandarte del Cautivo y Zamarrilla para esconderse bajo el manto del Gran Perdón y poder hacerse arrumacos y darse besitos.

Antes del alba ya todos están dispuestos. Fe, como responsable, recorre todas las salas del museo dando los buenos días y preguntando si alguien necesita algo para aguantar la larga jornada laboral. Con el primer rayo de sol trepa a su altar alegórico y espera paciente con los ojos vendados a los primeros visitantes.

2 comentarios:

  1. La que se tiene que liar ahí por la noche, la fiesta debe ser "menua", eso debe ser el infierno, cómo viéndolo!!!

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    1. Digamos que no es el típico museo de la Semana Santa castellana... Gracias por leer y demostrarlo Bel. Beso para Moguer.

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