domingo, 7 de abril de 2013

LA PLAZA DE SAN LORENZO DE SEVILLA


           La plaza de San Lorenzo de Sevilla está hecha para esperar. Toda ella parece pensada para entretener al que espera solo a la Virgen de la Soledad.

           Allí tenemos a San Lorenzo, tristón con su parrilla. Otra parrilla llameante en una pirindola (es una parrilla buena, que decora y no tortura). Parrillas hasta en los árboles, podados minimalmente para suplir la pirindola rota. Ornitológicas palomas se sitúan en los lugares más insospechados, como en la aureola del santo, para nuestra exclusiva diversión.


           La plaza de San Lorenzo dispone de un reloj, con él sabemos en cada momento lo que llevamos esperado y lo que aún nos queda por esperar hasta las 6:50 en que sale la Virgen, la Soledad de San Lorenzo (la Virgen cambia de nombre por día y hasta por hora). Existe además otro tiempo que corre más despacio, es menos entretenido, este tiempo de espera lo mide el reloj de sol de la fachada del templo.

           Tiene la plaza de San Lorenzo su reducto para la historia del arte. Ahí está Juan de Mesa, tan barroco él, pero también Castillo Lastrucci, tan neobarroco él, en relieve, bajo el azulejo de la Virgen del Dulce nombre. La intuida presencia del Gran Poder acompaña, más que entretiene, durante la espera. Su imagen se proyecta, como en el cine, en un azulejo en el muro de San Lorenzo.

           Por si esto no fuera bastante, tenemos a los lados de la puerta de la iglesia unos guardabrisas con su cirio encendido, que también entretienen (la televisión no es otra cosa que la evolución de la llama). Cuando te cansas de ver la televela encendida puedes mirar al suelo, que también es divertido en esta plaza. Sobre una cinematográfica alfombra roja podemos contemplar los restos de cera de muchas velas, las que portaron las estrellas de cine de la Semana Santa: los nazarenos. ¡Cuántos manchurrones! ¡Cuántas estrellas de cine han recorrido la alfombra roja de la plaza de San Lorenzo!

           Es fácil hacer amigos en la Plaza de San Lorenzo si esperas en soledad a la Soledad. Los compañeros de espera se sinceran, como si la espera otorgara confianza a los que esperan juntos, como si la amistad fuera consecuencia de la cercanía y la común espera. Mi vecina de espera se llamaba Irene, era médico y tenía cinco hijos mayores. Me contó muchas cosas del hoy y del ayer de Sevilla. Yo no soy de Sevilla, ella debió darse cuenta.


           ¡Por fin llegaron las 6:50 horas! Las puertas del templo se abrieron y tras el cortejo, que no encabeza la cruz de guía sino los periodistas cámara en ristre, la Soledad atravesó la plaza de su apellido. La plaza de San Lorenzo olía a incienso, como siempre se dice, y a jacinto blanco (lo preciso por si huele distinto al jacinto de otro color y además para tratar de compensar el tópico del olor a incienso).

           Casi se lamenta que la espera haya acabado. ¡Se esperaba tan bien en la plaza de San Lorenzo! Había allí tantas cosas que mirar, que aprender, personas que conocer...

           ¿O tal vez la espera no acabó y puedo prolongarla a mi antojo? ¿Y si el mundo fuera en realidad una enorme plaza de San Lorenzo regido por el compás de su inescrutable reloj de Sol? ¿Y si viviera la vida con la misma espera que esperaba en la plaza de San Lorenzo? ¿Y si la Virgen de la Soledad fuera la de la Esperanza? ¿Y si el final fuera en realidad el principio?

           Estas dudas que surgen sólo pueden responderse con la certeza que las provoca, certeza de que esto no ha hecho más que empezar cofrades. Feliz Pascua de Resurrección, pero también, y además, feliz espera a todos en vuestras Plazas de San Lorenzo.

Publicado el 11 de Abril de 2012 en Pasión en Sevilla.

2 comentarios:

  1. "La espera de San Lorenzo, una espera en soledad, esperando a la Soledad".
    San Lorenzo es una de esas plazas, de esos sitios que tienen algo... difícil de expresar, es una plaza que sea el día del año que sea, la hora del día o de la noche que sea, la hace distinta, es distinta. Posee unas sensaciones de sosiego, unos rasgos - en definitiva- que la conforman y la hacen distinta a otras plazas.
    Me emociona igualmente cuando hablas de tu espera en soledad, es precisamente en la soledad, yendo solo, cuando entablas conversaciones cofradieras ó más mundanas, que te cuenta su experiencia vital hacia la cofradía esperada.
    Ojalá y como bien dices, todos los días sean esa espera en la plaza de San Lorenzo, para poder conocer gentes, observar detalles y conductas humnanas, mirar asombrado una y mil veces de esos detalles que no por darse con frecuencia, nos siguen sorprendiendo.
    Hago mias tus sensaciones y palabras.
    Desde la, a veces Mancha ingrata, tu tierra, nuestra tierra, saludos, y te ruego que cuando pases de nuevo ante la capilla pequeñita de la Dolorosa del Puente, la saludes de mi parte, de ese puente regalo de Alemania, que une esas dos lejanas orillas que son Malaga y La Mancha.
    Un afectuoso abrazo

    ResponderEliminar
  2. Pues sí, el Puente une muchas orillas, también las de Málaga y La Mancha. Se ve que has leído el post con mucha atención y que me conoces. Quedo pendiente de dar tu saludo a la Señora del Puente, seguro lo agradecerá mucho. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar